Sostenibilidad, cobertura y equidad: principales desafíos de las reformas pensionales en América Latina

El año 2024 es clave para observar la discusión sobre la viabilidad de los actuales sistemas pensionales en América Latina. En Colombia y Perú el debate está a la orden del día y en algunos otros como México y Uruguay, donde ya se implementaron reformas, se empiezan a ver resultados.

Por Valora Analitik para GRUPO SURA*

Los sistemas de pensiones en América Latina enfrentan desafíos significativos para garantizar su sostenibilidad en el largo plazo. En 2024, varios países de la región incluyendo Colombia y Perú, donde se aprobaron reformas pensionales recientemente, y en otros como México y Uruguay, con implementaciones ya en marcha, aún se discuten sus efectos y viabilidad a futuro.

Esta oleada de reformas en la región responde, entre otros asuntos, a factores demográficos, particularmente los cambios de la población mayor a 60 años entre 1950 y 2100. En 1950, apenas un 5 % de la población de América Latina era mayor a 60 años, pero actualmente esta cifra llega a casi un 10 % de la población, y en 2100 se espera que sobrepase el 35 %, según un estudio de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP). Esto significa que, de cada 100 ciudadanos de la región en el año 2100, 35 serán mayores de 60 años, lo que sugiere la necesidad de implementar reformas para promover la sostenibilidad de los sistemas a futuro.

Alice Gutiérrez, directora para América Latina del negocio de Ahorro y Retiro de SURA Asset Management, explica que la importancia de la discusión de estos temas radica en que es necesario llevar al debate la construcción de ahorro a largo plazo como “una colaboración del Estado, las empresas, el individuo y las AFP como gestores de estos recursos”.

A su vez, destacó que con las reformas aprobadas e implementadas en cada uno de los países se abren oportunidades para poder plantear objetivos junto con cada persona para que efectivamente logre una pensión digna en el futuro.

Por su lado, el presidente de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP), Guillermo Arthur, ha expresado su preocupación por los efectos que está generando la alta informalidad laboral en América Latina en el financiamiento de las jubilaciones: “un 60 % de los mayores de 65 años no reciben una pensión contributiva en América Latina. De ahí que estemos explorando herramientas que mitiguen su impacto sobre las pensiones”.

Así mismo, los expertos coinciden en la necesidad de aumentar la cobertura, realizar ajustes paramétricos, diversificar las fuentes de financiamiento y fomentar el ahorro previsional voluntario. La educación financiera y la eficiencia administrativa también juegan un papel vital en la sostenibilidad de los sistemas.

Puntos clave de las reformas en América Latina

Ante este panorama y con las discusiones en varios países de la región, así avanzan las reformas pensionales aprobadas e implementadas:

México

Antes de terminar su mandato, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador logró la aprobación de una nueva reforma pensional que contempla la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar, una iniciativa que busca recaudar fondos de las cuentas de retiro de los mayores de 70 años que no han sido reclamadas.

Este fondo plantea la reforma de la Ley del Seguro Social, la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro, la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. Tiene por objetivo garantizar el acceso a una pensión digna a los adultos mayores de 65 años que comenzaron a cotizar en el Seguro Social después de 1997, cuando entró en vigor la legislación actual en materia de pensiones.

Así, la propuesta busca otorgar una pensión igual al 100 % del último salario mensual del pensionado, con un tope del salario promedio registrado en el IMSS, que es de poco más de USD 987.

Desde 1997, las pensiones mexicanas están bajo el cargo del sistema privado de administración conocido como 'Afore'. La reforma busca transferir poco más de USD 2,000 millones al Fondo de Pensiones para el Bienestar, dinero procedente de las cuentas de retiro de los trabajadores con 70 años o más que no hayan sido reclamadas, lo que ha provocado críticas a la iniciativa.

Uruguay

La reforma, implementada a finales de 2022, logró un equilibrio entre los sistemas de reparto y capitalización individual, resultando en tasas de reemplazo superiores al 60%. A su vez, aumentó la edad mínima de jubilación de los 60 a los 65 años (con dos excepciones específicas), con el fin de contener el gasto público en pensiones.

En la actualidad, del 15% del salario que el trabajador aporta para el sistema de pensiones, 7.5% van para el BPS (Banco de Previsión Social) y 7.5% para las AFAP (Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional). Con el cambio aprobado en la reforma, el 10% va al BPS y el 5% restante a las AFAP.

A partir de la reforma, también se tomarán los 20 mejores años para la ecuación (en lugar de la formula anterior: lo que resulte más conveniente entre el promedio de los 20 mejores años y el promedio de los últimos 10 años). A ese número se llegó después de largas negociaciones, dado que la propuesta inicial del gobierno era que se tomaran 25 años.

El caso de Uruguay es bien valorado entre las propuestas de reforma pensional en América Latina pues resalta la importancia de la colaboración entre el Estado, los individuos, las empresas y las administradoras de fondos de pensiones.

Colombia

Tras más de 10 sesiones en las plenarias de ambas cámaras del Congreso: el Senado y la Cámara de Representantes, y su posterior conciliación, la reforma pensional presentada por el gobierno de Gustavo Petro fue aprobada y con el horizonte del 1° de julio del 2025 como fecha de entrada en vigor.

A pesar de las dudas que dejó la aprobación en cuanto a su trámite y fondo, el gobierno ha explicado que la reforma beneficiará a cerca de 19 millones de trabajadores y les entregará recursos a tres millones de adultos mayores en la línea de pobreza. Por su parte, gremios y fondos privados aseguran que, si bien se avanza en aspectos de cobertura, el proyecto afecta el ahorro de los trabajadores.

Entre los principales cambios aprobados en la reforma pensional en Colombia destaca la propuesta de pilares, resumida de la siguiente manera:

1. Pilar contributivo

  • Edad mínima: 57 años para mujeres y 62 años para hombres.
  • Semanas cotizadas: 1.300 para hombres y en el caso de las mujeres, se reducirán gradualmente en 25 semanas cada año, hasta llegar a 1.000 en 2036.
  • Tope de salarios: cotizarán en el Componente de Prima Media, todas las personas que devenguen hasta 2.3 SMLMV; quienes devenguen por encima, cotizarán en el Componente complementario de ahorro individual, es decir, el fondo privado de su preferencia.
  • Fuentes de financiación: Fondo Común de Vejez y Fondo del Ahorro Administrado por el Banco de la República.

2. Pilar semicontributivo

  • Edad mínima: 60 años mujeres y 65 años hombres.
  • Semanas cotizadas: menos de 1.000 semanas; quienes cotizaron por debajo de 300 semanas podrán solicitar una indemnización sustitutiva, quienes cotizaron entre 300 y 1.000 semanas recibirán una renta vitalicia y un subsidio a sus aportes, quienes tengan ingresos inferiores a 1 SMLMV y realicen aportes al programa BEPS, recibirán una renta vitalicia que no podrá ser superior al 80% de un SMLMV, y un subsidio a sus aportes.
  • Fuentes de financiación: Presupuesto General de la Nación, Fondo Común de Vejez, Fondo BEPS, Subcuenta de solidaridad.

3. Pilar solidario

  • Edad mínima: 60 años para mujeres y 65 años para hombres, en el caso de las personas con discapacidad laboral igual o superior al 50%, la edad será 55 años para hombres y 50 años para mujeres.
  • Recibirán una renta básica con base en el umbral de pobreza de 2023 certificado por el DANE más el IPC actualizado cada año.
  • Fuentes de financiación: Subcuenta de subsistencia del Fondo de Solidaridad y el Presupuesto General de la Nación.

4. Pilar de ahorro voluntario

  • Aportes voluntarios según capacidad de pago del afiliado que no tiene ningún tipo de modificación y seguirán siendo administrados por fondos privados.

Perú

Al igual que en Colombia, el Congreso peruano aprobó en junio la reforma pensional propuesta por el gobierno de Dina Boluarte que no está exenta de polémica.

Esta reforma pensional busca que los trabajadores independientes que perciban ingresos que constituyan rentas de cuarta o quinta categoría, aporten obligatoriamente a su fondo de pensiones, con una tasa de aporte desde el 2% y que se incremente cada dos años hasta el 5%.

También haría que más competidores lleguen a administrar los fondos de pensiones con el fin de mejorar la rentabilidad del sistema, con posibilidad de lograr ahorros en bancos, cajas de ahorro y crédito, financieras, empresas de seguros, entre otros.

Para aquellos que tengan 40 años o más, en el momento en que la ley entre en vigor, tendrán la posibilidad de retirar hasta el 95.5% de sus fondos al jubilarse, mientras que las personas menores a esta edad no contarían con esa opción, pues, según el gobierno, esto se hace para garantizar el ahorro suficiente para su retiro en la edad correcta. Así, la reforma prohíbe cualquier retiro extraordinario de los fondos acumulados en las cuentas individuales de aportes obligatorios que se quieran hacer durante la etapa activa.

Chile

La reforma propuesta por Gabriel Boric no logró consenso debido a la complejidad técnica y a la politización del tema en este país. La propuesta buscaba aumentar la contribución a las cuentas individuales y reintroducir el sistema de reparto, pero la falta de acuerdo sobre los porcentajes de contribución ha impedido su avance.

Ante este panorama, las reformas pensionales en América Latina enfrentan aún bastantes desafíos para garantizar la sostenibilidad y equidad de los sistemas en una región que se caracteriza por marcadas desigualdades demográficas y económicas.

Por esta razón, la colaboración entre gobiernos, sector privado y organismos internacionales será clave para enfrentar estos desafíos y construir sistemas pensionales más robustos y resilientes.

*Este artículo es elaborado por el equipo de Valora Analitik para Grupo SURA. Su contenido es de carácter periodístico y no compromete posturas o recomendaciones específicas de nuestra Organización.